martes, 17 de enero de 2012

Que más podría pedir...


Hola Lindura:

Fijare tu que en medio de unos inenarrablemente bellos paisajes no me llegan sino noticias de lo más inquietantes haciendo que acelere, más si cabe, mi labor para poder al fin dejar en manos de otro las decisiones y volar ya libre a tu lado.




Lo que pueden parecer juegos de los iraníes en el estrecho de Ormuz, tienen como objetivo elevar el precio del barril de crudo a los 200 dólares, lo que significaría casi con seguridad una quiebra en
cascada de muchas economías tanto en Europa como en América.

La desesperada situación de Cuba y Venezuela hacen indispensable para la supervivencia de estos totalitarismos que se consiga esta meta, es por ello que alientan, apoyan y dirigen los movimientos del loco que está al mando en Irán.

Los ilusos piensan que los occidentales se van a quedar de brazos cruzados mientras ellos tratan de acabar con el modo de vida que disfrutamos, están tan abstraídos de la realidad que hablan sin tapujos del fracaso del sistema capitalista, cuando por el contrario, en el mayor feudo comunista del mundo, se está imponiendo lenta pero inexorablemente, los chinos ya se pelean por el nuevo iPhone.

El presidente chino está en Arabia Saudí garantizándose el acceso a el petróleo necesario para que su economía no se pare, esto significa que solo se van a oponer con la boca pequeña a una posible intervención armada en el anteriormente citado estrecho.

Es un claro aviso al régimen de los ayatollahs que será desoído y se desatará, Dios no lo quiera, la guerra; algunos incautos piensan que una intervención quirúrgica con drones no tripulados bastaría, pero los militares saben que eso no es posible, harán falta barcos, aviones manejados por los mejores pilotos e inteligencia sobre el terreno, eso significara lo de siempre, en la batalla hay muerte y destrucción en ambos bandos.

Con este panorama en lontananza te puedes imaginar que mis ansias por acabar son indescriptibles, así tras la necesaria parada en mi patria para encauzar el porvenir de mi familia, ya nada podrá evitar que te bese la mano.



Quien sabe si acabaremos navegando en un velero pescando cada día e intercambiar nuestras capturas por otras viandas y leña para cocinar y poder sobrevivir en un mundo que no supo evitar una hecatombe, realmente confío en que no será así pero si estuviera a tu lado no me importaría demasiado, el sol, la brisa, un barco y tú, lindura, que más podría pedir...



Desde un lugar bien remoto, no muy lejano a ninguna parte,
se despide con un sentido beso, por tu amor siempre nacido,
este hombre que no puede ni quiere, dejar nunca de amarte.
P..T..




Hoy he rechazado mi transporte para poder caminar,
dejando que este frío viento me traiga tu inspiración,
abordé un barco para calmar mis ansias de navegar,
subí a la cubierta para admirar con gran deleitación.

Mientras ese familiar aroma a salitre me venía a inundar,
pitó la sirena anunciando que partíamos sin más dilación,
como si esta señal tuviera nuestro astro rey que aguardar,
inició leve tras este horizonte soñado su ligera ocultación.

Fue en este instante cuando mis sueños a mi mente acudieron,
envolviendo mi alma con tu imaginada y anhelada presencia,
acerando mi determinación para decir un día que sucedieron.

Mi corazón que no atiende a las razones que esto impidieron,
solo era capaz de percibir desasosegado tu ingrata ausencia,
y así junto al fiordo dos lágrimas por ti de mis ojos salieron.

P..T..


No hay comentarios:

Publicar un comentario