viernes, 24 de febrero de 2012

Tremenda delicia.

Hola Lindura:

Un día duro por muchos motivos, una complicación imprevista que me hace de nuevo tener que viajar, me preocupa porque si no la soluciona algún plazo se podría alargar, así que sin dormir me pongo a organizar todo para poder laborar in itinere.





Es muy desesperante volver cada día a ver mi almohada desolada, seguro que tu entiendes de lo que hablo, pues hay momentos en que solo el calor humano nos puede aliviar nuestros desasosiegos, pero no hay tiempo para quejarse, otros estarán seguro peor que yo.

Así que solo te dejo este poema, del cual me siento especialmente orgulloso, porque reflejó bastante bien un sueño que tuve, que espero poder pronto hacer realidad, que tremenda delicia solo pensarlo... 

Desde un lugar bien remoto, no muy lejano a ninguna parte,
se despide con un sentido beso, por tu amor siempre nacido,
este hombre que no puede ni quiere, dejar nunca de amarte.
P..T..




A veces siento tu mano tibia suavemente rozando mi piel, 
mientras sueño leve un ecuentro de indiscutible placidez,
sobre el  calmo océano  que siempre ha sido mi amigo fiel,
en el que la fresca  agua no puede opacar nuestra calidez.

Veo venir una gran ola rodando firme como sobre un riel,
yo te sujeto firme para no dejarte escapar con insensatez,
pues no quiero perderme esa visión mas dulce que la miel,
el embate revela en toda su plenitud tu deliciosa desnudez.

Así el suclento poderío de tus gemelos picos pude gozoso admirar, 
cual la más rotunda cordillera de azúcar esculpida para el placer,
un solo instante que mi mente se apresto encandilada a capturar.

Despertando en mi un acuciante deseo que nada pudo refrenar,
bebí de tu salado néctar cuando los labios encontraron su tejer,
y así finalmente te hice mía para que me envidiara hasta la mar.




P..T..




No hay comentarios:

Publicar un comentario