miércoles, 1 de febrero de 2012

De verracos y barcos.


Hola Lindura.

Por fin encontré un barquito para darme una vuelta, eso si la mar lo permite, porque las perspectivas de que el tiempo cambie a mejor son nulas pero bueno, si no hay mucha mar de fondo creo que podré navegar, aunque sea a lo largo de la costa, el caso es sentir el embate de las olas bajo mis pies.




En cuanto a mi tarea, bueno, realmente estoy un poco desilusionado, gente muy preparada, con conocimientos especializados muy valiosos, no saben en realidad nada del mundo en que viven, hoy he hecho una prueba, de las cuarenta y cinco personas que han venido a mi conferencia, diez sabían donde está Cuba, pero solo uno había oído hablar de las Damas de Blanco, solo tres han sabido situar a España en un mapa y ninguno conocía La Rioja.

Creo que todo se debe al sistema educativo norteamericano, que tiende cada vez más a formar personas muy especializadas en cada área, pero cuya cultura general dista mucho de ser la adecuada, así podría venir una empresa para contratarles y quizás no supieran siquiera investigar quienes son los que la crearon, con que capitales y cuales son sus políticas corporativas, podrían estar trabajando para una compañía pantalla del gobierno cubano y ni siquiera se enterarían.

Es triste, pero hay que reconocer que las personas viven en realidad en su mundo, casi en exclusiva circunscrito a las personas que las rodean a diario, a las noticias de las televisiones locales y cuando quieren algo nuevo, solo tienen que recorrer unas millas para encontrarse con desconocidos, solo preocupados de que no les falte gasolina a su carro y unos dólares para comprar lo que ven anunciado.

A mi no me gustaría que mi vida se convirtiera en algo tan vacuo, de hecho estoy seguro de algo, aunque mi mundo quedara delimitado por el tuyo, no sería capaz de olvidar todo lo que se, porque aunque mi amor por ti es de unas dimensiones incalculables, tu sabes que hay compromisos que debo mantener, como el que tengo con mi patria para que mejore la vida de mis compatriotas o como el que mantengo con la tuya para lograr su libertad.

Creo que nada constituirá un obstáculo insalvable porque la voluntad todo lo puede y lo que no pueda la voluntad, lo podrá el amor, esto será lo que le cuente mañana a la mar...


Desde un lugar bien remoto, no muy lejano a ninguna parte,
se despide con un sentido beso, por tu amor siempre nacido,
este hombre que no puede ni quiere, dejar nunca de amarte.
P..T..






Me haré a la mar con la esperanza fundada,
de que me deje sentir sus olas sin hundirme,
pues aunque su gran fuerza no es mesurada,
no es suficiente para de navegar disuadirme.

En la tarde cuando ya el sol se bata en retirada,
y la marea sea favorable para poder adentrarme,
partiré rumbo al sur donde mora mi enamorada,
para un poco más cerca de su corazón sentirme.

Lanzaré mis besos al viento para que los lleve,
hasta tu ventana donde quizás estés asomada,
y la brisa los pegue en tus labios de modo leve.

Gritaré a las olas y a las gaviotas una frase breve,
de muy adentro desde el fondo de mi alma salida,
para que mi te quiero arribe suave como la nieve.

 
P..T..













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