domingo, 5 de febrero de 2012

Fanático de...


Hola Lindura:

Enfrentarse a un auditorio que me odiaba, por el mero hecho de que me veían como el culpable de que no estuvieran disfrutando de los preparativos del partido, ha sido un reto, algunos estaban tan preocupados por la duración del evento que no podían dejar de mirar el reloj, temían que no pudieran llegar a tiempo para contemplar el espectáculo deportivo más visto del año.



Ninguno de ellos era consciente de que se encontraban ante una oportunidad que podría cambiar el futuro de sus vidas para siempre, hubiera podido tranquilizarlos dándoles el horario que tenía marcado, pero eso constituiría un elemento que falsearía los resultados finales, así que el oído izquierdo no dejó de pitarme en todo momento.



Por su puesto en cuanto comencé a hablar los cuchicheos elevaron el tono, además extranjero, como iba un foráneo a entender lo que ese día acontecía en todo el país, probablemente estén en lo cierto y que haya elementos que entremezclen la tradición con la afición, incluso algunos rituales que lo convierten en ceremonia, casi con clichés de mística obligada.

Allí de pie frente a mis oyentes, fui enarbolando lentamente mi discurso, suelo pasear mientras hablo pues no me hacen falta notas, las llevo en la cabeza, el tempo me permite observar el lenguaje corporal de mis oyentes y casi a los pocos minutos ya puedo descartar a los que no van a pasar la preselección, aunque en esto, como en todo, hay que ser prudentes.

Porque a pesar de que el hastío reflejado en un rostro suele ser señal inequívoca de aburrimiento, a veces, solo en unas muy contadas ocasiones, puede ocurrir que eso sea signo de una persona cuya inteligencia sea tal, que no le hace falta seguir el hilo de mis palabras, solo atender de refilón a algunos detalles para poder recordarlos a posteriori, porque ya ha entendido que lo importante viene más tarde.

Cuando terminamos y ya recogía las respuestas, un individuo no puedo contenerse e hizo la pregunta, usted señor no es fan de ningún equipo, yo moví lentamente la cabeza en señal de negación, de ningún deporte, volvió a insistir, ya me había percatado de que lo que ese tipo quería era salir corriendo a toda mecha de allí, pero de nuevo con lentitud denegué, el otro insistió, no es usted fanático de nada ni de nadie y ahí me paré, sonreí y le contesté, si de mi lindura, pueden irse...

Solo una de las mujeres, que no había parado de mirarse las uñas en todo momento, volvió la vista hacia mi antes de abandonar la sala, en medio del totum revolutum que se formó al darles vía libre, esa pose me había engañado, pero su mirada la había delatado y supe sin verlas, que sus respuestas serían las esperadas.

Desde un lugar bien remoto, no muy lejano a ninguna parte,
se despide con un sentido beso, por tu amor siempre nacido,
este hombre que no puede ni quiere, dejar nunca de amarte.


P..T.. 



Siento en mi pecho este ansia punzante por al fin acabar,
apenas puedo contener el impulso de tu foto contemplar,
en medio de esas tareas diarias es un deleite poderte ver,
solo un instante para en tu recuerdo poderme ya perder.

Están desesperados porque la obligación se venga a acabar,
para reunirse con su gente y el partido de hoy poder mirar,
yo también estoy deseando fervientemente poder ya correr,
para poderte juntar unas letras que esta noche puedas leer.

Porque hoy he descubierto una cosa que ignoraba,
en medio de una pregunta casi muy impertinente,
he aprendido como esta mi afición se denominaba.

La necesidad que mi corazón del todo inundaba,
en fanático de ti lindura así devengo en mi mente,
y me percaté que ese apelativo bien me encantaba.

P..T..









No hay comentarios:

Publicar un comentario